La globalización ha hecho que ahora en todas las guías turísticas de las grandes ciudades aparezca una mención a un Flea Market o Mercado de las Pulgas, al estilo de los de Londres o París. También en el caso de Atenas, la zona de Monastiraki a veces se menciona como Flea Market, de hecho en una de sus principales calles incluso una gran pancarta denomina así todo este espacio comercial.
Más allá del nombre, lo cierto es que las siete calles que desembocan en la gran plaza del barrio, dominada a un lado por la mezquita de Tzisdaraki y por la estación de metro al otro, han sido el mayor espacio urbano dedicado al comercio tradicionalmente.
Cualquier día de la semana se encuentran aquí innumerables negocios e infinidad de vendedores ambulantes que vocean su mercancía en la calle. Pero sin duda es el domingo el día de mayor efervescencia. Entonces se reúnen aquí un mayor número de vendedores, chamarileros y comerciantes, y no sólo acuden turistas, sino que los propios atenienses se acercan hasta este lugar en busca de gangas o curiosidades.
Sobre todo curiosidades. Se pueden ver puestos que venden colecciones de tarjetas telefónicas que ahora son objeto de coleccionista. También se ven cromos, sellos o monedas. Respecto a las monedas históricas o fragmentos de obras de arte, hay que tener en cuenta que abunda el fraude, por lo que hay que estar muy atento con lo que se compra.
También hay que estar atento si se busca armamento antiguo, porque se pueden ver pistolas o proyectiles de la Segunda Guerra Mundial, que sin duda son codiciados por los amantes de este tipo de objetos, pero hay que tener en cuenta que si luego se ha de volar, será imposible que no se queden en la aduana.
Los que sí que pueden adquirir objetos de interés son aquellos que busquen antigüedades. Aquí se acumulan los negocios con este tipo de productos, y también exponen su mercancía muchos vendedores ambulantes, sobre los que siempre cae la duda sobre el origen de cada objeto. Es más conforme uno se aleja de la plaza se puede apreciar como el nivel social de los vendedores es cada vez menor, lo que es indicio de la legalidad o no de su mercancía.
Otro de los productos muy codiciados en los puestos de venta son los libros de viejo. No obstante y lógicamente, la mayoría están en griego. Y por supuesto abunda la bisutería, o los muchos puestos donde venden juegos tradicionales, postales, souvenirs o ropa.
Pero entre todo ese maremágnum de vendedores y objetos en venta hay una tienda que llama enormemente la atención. Se trata de un local en cuyo interior se puede adquirir todo tipo de cuentas y abalorios para confeccionar pulseras o collares. Millones y millones de cuentas diminutas de todos los colores y formas imaginables para hacer un regalo único y original a los amigos a la vuelta a casa.
photo credit: diannlroy.com via photopin cc Escrito por Armando Cerra