Una de las primeras cosas que se aprecian al viajar a Bruselas es la gran cantidad de gente que se desplaza en bicicleta por la ciudad, con total naturalidad y mucha seguridad. Para sentir esas condiciones de desplazamiento, es posible alquilar bicis, y además es un buen medio para acercarse hasta el Museo Horta, que lo cierto es que está lejos el centro histórico. No obstante quiénes no deseen dar pedales hasta la rue Americaine donde se ubica, también se pueden desplazar hasta ahí en tranvía.

El Gran Arquitecto Victor Horta

El Museo Horta es imprescindible para conocer al máximo artífice de la implantación de la arquitectura art nouveau en Bruselas y en Bélgica. De hecho, su talento en aquel momento solo es comparable al del otro gran genio del Modernismo, el español Antoni Gaudí.

Lamentablemente muchas de las construcciones que proyectó Horta (1861 – 1947) han sido derribadas con el paso del tiempo. Aunque también hay otras que se mantienen en pie, entre las que cabe recordar las que hoy alojan otro de los importantes museos bruselenses, el dedicado al mundo del cómic.

El museo que fue su vivienda

Y desde luego también se conserva la propia casa de Victor Horta que acoge el museo que lleva su nombre. Este inmueble fue su vivienda y también su estudio de trabajo, por lo que lo concibió a su antojo y plasmando todas sus ideas sobre arquitectura, ya que él era su propio cliente.

El resultado fue una casa donde las habitaciones son espaciosas, y donde cada elemento como espejos o los tonos de la pintura de las paredes ayudan a dar una sensación de ligereza y de luminosidad. De hecho, la luz de la casa impacta a todos los que la visitan, especialmente en la escalinata que une los pisos. Allí, Horta estudió la luz solar y permitió que entrara desde la parte de arriba para que iluminara de forma espectacular las escaleras.

Es decir, esta casa por su estructura, sus espacios, sus detalles ornamentales es un lugar ideal para conocer el arte de este arquitecto y las características del art nouveau de las primeras décadas del siglo XX. Si bien, en el mismo barrio de Saint Gilles donde se encuentra su casa se pueden ver más ejemplos del estilo arquitectónico del que Horta creó toda una escuela. Para conocerlos es muy agradable, como ya se ha dicho, recurrir a la bici y pasear por esta zona de la ciudad, donde incluso hay un recorrido que lleva de una a otra de las casas modernistas.

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Escrito por Armando Cerra