Es nombrar la Academia de Atenas e inmediatamente puede venir a la mente su fundador, el gran pensador Platón, o su alumno más brillante, Aristóteles. Sin embargo, la actual Academia de Atenas no tiene nada que ver con aquellos personajes, ni siquiera se encuentra en el mismo lugar. No obstante, los criterios con que abre sus puertas son los mismos que los de la famosa academia antigua, ser un templo del conocimiento.
El Partenón
Los restos que quedan del Partenón en la cima de la Acrópolis son el gran símbolo de la Antigua Grecia, y por supuesto es la imagen más emblemática del país heleno. Es todo un símbolo del pasado, del esplendor de antaño y de la complicada historia de la ciudad. Y desde luego, es el referente que quieren visualizar todos los turistas que llegan a Atenas, que por mucho que lo hayan visto mil y una veces en los libros o en la televisión, quedan sorprendidos ante la presencia real de estas monumentales ruinas.
Estadio Panatenaico
Pocas ciudades en el mundo pueden ofrecer la posibilidad de visitar un recinto deportivo con tan larga historia, con la espectacularidad que posee el Estadio Panatenaico. Tal vez el único inconveniente que posee es su relativa lejanía del centro más turístico de la ciudad. Por ese motivo, para su visita se hace necesario tomar el metro o el autobús urbano, si no se quiere dar una larga caminata hasta llegar a los pies de la colina de Ardeto donde se ubica.
Teatro de Dionisio
Los restos de este teatro griego se sitúan en la vertiente sur de la colina de la Acrópolis. La visita al Teatro de Dionisio está integrada en la entrada que se paga para acceder a todo el conjunto arqueológico de la Acrópolis, adonde se suele llegar tras pasear ante el Partenón o el Erecteion de la parte alta.
Biblioteca de Adriano
Atenas pasó a ser una provincia romana tras la ocupación latina, sin embargo siempre mantuvo su prestigio como centro cultural de primer orden. Algo que apreciaron enormemente algunos emperadores, especialmente Adriano, quién fue un enamorado de la capital helena.
La Acrópolis de Atenas
Es muy posible que no haya en el mundo otro conjunto arqueológico con la fama y valor que posee la Acrópolis ateniense. El viajero que la descubre por primera vez queda impresionado por la serena monumentalidad de esas ruinas. Los que ya la conocen y la revisitan vuelven a quedarse maravillados ante la belleza que irradian esos edificios derruidos. Incluso los propios atenienses se impresionan cada vez que los contemplan.
Templo de Zeus Olímpico
Posiblemente los restos del Templo de Zeus Olímpico, situado en una enorme explanada prácticamente unida al barrio de Plaka, sean los vestigios más impactantes que se puedan contemplar en Atenas. A primera vista puede darle la impresión al visitante de que se trata de una enorme ruina, en la que destacan unas esbeltas columnas aisladas. Eso es lo que el visitante no muy conocedor en el arte griego puede sentir al ver el yacimiento desde el exterior de la valla que lo rodea. Sin embargo, si se decide a pagar el ticket de entrada al recinto, comprobará el encanto histórico y estético del lugar.
Odeón de Herodes Ático
La visita a la Acrópolis de Atenas supone descubrir sus monumentos más emblemáticos como es el caso del Partenón o las Cariátides del Erecteion. El precio de la entrada al conjunto arqueológico queda plenamente amortizado por el valor de los edificios que se contemplan y el gran tamaño del recinto, en el que se pueden pasar varias horas paseando entre los vestigios más impresionantes de la antigua civilización griega.
Ágora Romana
Atenas fue una de las grandes conquistas de Roma. Y al igual que la civilización ateniense dejó sus huellas en la cultura romana, también éstos legaron a la capital griega numerosos restos de su permanencia en la ciudad, como por ejemplo la Biblioteca de Adriano, su intervención en diversos teatros como el Odeón de Herodes Ático, y por supuesto el espacio denominado como Ágora Romana.
Ágora Antigua
Además del conjunto arqueológico que si visita en la colina de la Acrópolis, si existe un lugar en Atenas que permite viajar con la imaginación hasta la época de mayor esplendor de la ciudad, ése es el amplio recinto del Ágora Antigua.
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