Situada en barrio o Borgo de San Lorenzo está fue esencialmente la iglesia de la familia Médicis, y como no podía ser de otro modo se trata de uno de los recintos religiosos más ostentosos de toda la ciudad, porque los poderosos miembros de esa familia hicieron trabajar en ella a los artistas más reputados de la ciudad.
En realidad, la Basílica de San Lorenzo forma parte de un impactante conjunto monumental que incluye las Capillas Mediceas donde descansan los cuerpos de los gobernantes más importantes que tuvo Florencia.
Los orígenes de la Basílica de San Lorenzo
Pero mucho antes de que se convirtiera en la iglesia de los Médicis por excelencia, el templo ya se había fundado y se conocía como Basílica Ambrosiana. Unos orígenes bastante remotos, ya que fue el propio San Ambrosio, obispo de Milán, quién la consagró en el lejano año 393, poco después de que la religión cristiana pasara a ser la religión oficial del Imperio Romano, por entonces gobernado por el emperador Teodosio I.
De aquella consagración se guarda como un tesoro el sermón que impartió San Ambrosio, el cual es el documento histórico más antiguo de Florencia. Salvo ese documento poco queda de esa época, porque la Basílica de San Lorenzo fue reconstruida totalmente en el siglo XI siguiendo las características del estilo vigente por aquellas fechas, el Románico, e incluso se convirtió en la catedral florentina. Rango que perdería posteriormente en favor de Santa María de las Flores.
La iglesia de los Medici
Sin embargo, dado que el barrio de San Lorenzo donde se ubica, fue la zona donde en el siglo XV se establecieron las familias más ricas y poderosas de la ciudad, el templo fue transformado de forma constante, gracias al aporte económico de todos esos políticos, banqueros y comerciantes.
Ese fue el momento en el que intervinieron en ella los Médicis, cuando le pidieron a uno de los arquitectos más insignes de Florencia, Filippo Brunelleschi que remodelara ciertas partes, pero que al final se convirtió en una reconstrucción casi total del templo, plasmando de este modo la suntuosidad que querían darle los Médicis a su iglesia.
Y sin embargo, la riqueza de su interior contrasta enormemente con la fachada desnuda que posee el templo. Y eso que se realizaron numerosos proyectos para su embellecimiento, pero ninguno se llevó a cabo, incluyendo las diferentes propuestas y maquetas que diseñó Miguel Ángel. Aún así, una vez traspasada esa fachada, la sorpresa aún es mayor al entrar a la Basílica de San Lorenzo, cuando se aprecia el esplendor de la armonía que buscaba Brunelleschi en sus creaciones arquitectónicas, siempre basadas en la proporción que une todos los elementos gracias a la repetición de módulos matemáticos. O sea, arquitectura renacentista en estado puro.
Dirección: Piazza di San Lorenzo, 9, Florencia
Horario:
- Lunes a sábado: 10:00 a 17:00
- Domingo: 13:00 a 17:00
Precio:
- Entrada general: 2,50€
Autobús:
- Las siguientes lineas tienen parada en las inmediaciones de la Basílica de San Lorenzo: 4, 6, 11, 14, 22, 23, C1, C2
Página web oficial de la Basílica de San Lorenzo