Cuando hablamos de la Fortaleza de San Pedro y San Pablo nos referimos a la ciudadela original de San Petersburgo. Fue diseñada por Domenico Trezzini y levantada en el año 1703. Esta fortaleza consta de distintos edificios muy importantes entre los que destacan la Catedral de San Pedro y San Pablo, lugar donde están enterrados los zares desde Pedro el I  El Grande hasta Nicolás II junto a su familia.

Historia de la Fortaleza de San Pedro y San Pablo

El 16 de mayo de 1703 el zar Pedro I El Grande mandó construir esta fortaleza sobre  la isla de Záyachi en el río Nevá con el fin de poder defenderse de un ataque naval sueco durante la Gran Guerra del Norte.

Con una forma hexagonal con seis bastiones en cada uno de sus ángulos, esta fortaleza se construyó inicialmente en madera y tierra pasando a reconstruirse posteriormente en piedra. En 1720 se aprovechó como morada a la guarnición de la ciudad y como cárcel de prisioneros políticos.

La catedral se construyó entre los años 1712 y 1733 y cuenta con una torre campanario de 123,2 metros de altura y una cúpula que es coronada por un angelote, que se ha convertido en uno de los símbolos más importantes de la ciudad de San Petersburgo.

Durante la revolución bolchevique en 1917, esta fortaleza fue atacada por soldados del Regimiento Pávlovski y los prisioneros fueron puestos en libertad. El 4 de julio los bolcheviques quisieron apoderarse de la fortaleza, los 8000 soldados declararon a favor de los revolucionarios, finalmente volvió a manos del gobierno.

Años más tarde, en 1924, la fortaleza fue transformada en museo.

La Catedral de San Pedro y San Pablo

Fue la primera catedral que se construyó después de la fundación de la ciudad y estuvo consagrada por el arzobispo Iov de Nóvgorod en 1704. El edificio actual fue diseñado por Trezzini y construido entre 1712 y 1733.

Como anécdota, durante los trabajos de limpieza en 1997, los trabajadores se encontraron una botella entre los pliegues de la toga del ángel en la que los restauradores de 1953 pedían disculpas por lo que ellos consideraron un trabajo mediocre y de mala calidad.

Casi todos los emperadores y emperatrices han sido enterrados en la catedral. Pedro El Grande, por expreso deseo suyo, fue enterrado en este lugar y desde entonces los descendientes han decidido seguir el mismo camino para ser enterrados. La Catedral  ha sido  Iglesia Catedral, es decir, la sede del obispo.

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Escrito por Lidia Roselló