Atenas, como el resto del territorio griego, forma parte de la Unión Europea, y como miembro histórico de la misma, desde el año 2002 adoptó como moneda el euro. Por lo tanto para todos los ciudadanos europeos es fácil viajar a Grecia, ya que no hay que cambiar de moneda, al igual que se puede entrar al país con el documento nacional de identidad.
También como miembro de la UE, los viajeros están dentro de los convenios de salud instaurados entre los países miembros. No obstante, para las posibles emergencias que surjan es bueno saber que existe el teléfono 112 para atender esas urgencia, un servicio en el que nos podrán atender en inglés y en francés.
En cambio una de las grandes diferencias con el resto de países de la Unión Europea es el idioma que aquí se habla, que es el griego, cuya principal dificultad radica en que se escribe con caracteres griegos y no latinos. Si bien es cierto que en todos los lugares turísticos se encuentra todo transcrito a nuestros caracteres, así como en las cartas de los restaurantes, en los transportes públicos o en las informaciones de los hoteles.
Y otra de las diferencias con la gran mayoría de países europeos, es el horario, ya que dada su situación geográfica en el extremo oriental del Mediterráneo, aquí rige la franja horaria +2 respecto al horario de Greenwich, y por lo tanto el reloj se adelanta una hora respecto a España. Pero una vez sabida esa diferencia horaria, ya no hay mayor problema para adaptarse a sus horarios comerciales, ya que son prácticamente idénticos a los nuestros, tanto para la apertura y cierre de los negocios, como para los horarios de sus desayunos, comidas y cenas.
En cambio si que son diferentes algunos de las fechas claves de su calendario, en las que el turista se puede encontrar cerrados la gran mayoría de negocios y los principales monumentos y museos. A los habituales días de Año Nuevo, Viernes Santo, Domingo de Pascua, Primero de Mayo o Navidad, habría que sumar días como el 25 de marzo día de la Independencia Griega o el 15 de agosto que es el Día de la Asunción.
En definitiva, pese a la distancia física que nos separa, se puede ver que hay muchos más puntos en común de los que podría parecer, ya que Grecia es un país tan moderno como pueda ser el nuestro, algo que se manifiesta en la facilidad para las comunicaciones vía internet, la existencia de abundantes cajeros automáticos, la costumbre de pagar con tarjetas de crédito o la red eléctrica standard a 220V.
Escrito por Armando Cerra