Esta señorial construcción del siglo XIV en la actualidad se ha reconvertido en una atractiva instalación expositiva. Concretamente se llama Museo de la Casa Florentina Antigua. Es una atracción turística y cultural muy interesante para conocer el modo de vida de la antigua Florencia y así poder apreciar mejor el patrimonio histórico y artístico que atesoran las calles del casco antiguo.

De hecho se sitúa en el corazón del núcleo histórico, en la via Porta Rossa. Y posee la particularidad, que al contrario que la inmensa mayoría de museos de Florencia, en este caso la visita es gratuita.

El edificio ya por sí solo tiene un indudable valor, ya que fue la residencia palaciega de la familia Davizzi, de ahí su denominación de Palacio Davanzati. Esta familia perteneció al grupo de prósperos mercaderes que hicieron fortuna durante la etapa final de la Edad Media y que daría paso al esplendor del Renacimiento.

El Museo de la Casa Florentina Antigua

Fruto de aquello es el edificio, típico de su época, construido en piedra y donde las estancias se distribuyen a lo largo de tres pisos elevados sobre arcadas. Estas estancias tras la reconversión en museo ofrecen una didáctica visión de la vida económica y artística de esa época final del Medievo y comienzos de la llamada Edad Moderna.

Y todo ello se plasma a través de la exposición de mobiliario, útiles cotidianos, objetos artísticos, decoración, tapices, cerámicas y hasta pinturas que habría en las mansiones de los hombres acaudalados de Florencia entre los siglos XIV al XVII

A lo largo de las tres plantas del Palacio Davanzati se recrean diferentes ambientes domésticos. Se puede ver cómo eran por entonces los comedores, las salas de trabajo o de reuniones, e incluso los dormitorios y las cámaras nupciales de la época.

A esa reconstrucción histórica se le suma el encanto de la construcción en sí misma, porque es sumamente gratificante ascender por sus nobles escaleras contemplando todo ese panorama bellamente decorado, al mismo tiempo que se observa desde arriba el sugestivo patio central que ordena toda la construcción y que es típico de la arquitectura palaciega florentina.

Una curiosidad

Pero hay otro detalle de gran atractivo para los visitantes. Se trata de unas curiosas inscripciones que se hallan en las paredes. Estas inscripciones son de lo más anecdótico y se trata de los testimonios que dejaron grabados en los muros los trabajadores que aquí hubo durante el tiempo en el que el Palacio Davanzati no era ni residencia ni un museo, sino un elegante edificio de oficinas administrativas.

Escrito por Armando Cerra