La Plaza de España es una de las más representativas de la ciudad de Barcelona. Es muy extensa, los  34.000 metros cuadrados que la componen la han convertido en una de las plazas más grandes del territorio nacional, tan solo superada por la plaza de España de Madrid.

Su construcción data de 1929 y se realizó con motivo de la Exposición Internacional del mismo año. Los encargados del proyecto fueron en sus inicios Josep Puig i Cadaflach y Guillem Busquets y en su parte final Antoni Darder.

Centro neurálgico

Son muchas las personas que  consideran la Plaza de España como  la puerta de entrada a Montjuic. En esta plaza confluyen algunas de las travesías más importantes de la ciudad condal como es la Gran Vía de las Cortes Catalanas, la Avenida del Paralelo, la calle Tarragona, la calle Creu Coberta y la Avenida María Cristina, que es la que da acceso a la zona de Montjuic.

Pero la Plaza de Cataluña está arropada por algunos edificios de gran utilidad para el visitante, tal es el caso del Centro Comercial las Arenas, el Hotel Plaza, las Torres Venecianas y el Instituto Municipal de Educación. Custodiando el entramado se encuentra la comisaría de los Mozos de Escuadra.

Historia de la Plaza de España

La Plaza de España estaba contemplada dentro del proyecto del Ensanche de Ildefons Cerdá y cuyo objetivo era el de comunicar Barcelona con las poblaciones del Bajo Llobregat. El diseño consiste en un conjunto de forma circular que está en torno a un hemiciclo compuesto por una columnata de estilo barroco. En el centro de la plaza se ubica una fuente espectacular diseñada por Josep María Jujol, con una decoración obra de Miquel Blay y los hermanos Miquel y Lluciá Oslé. La obra representa una alegoría poética a España, sobre un estanque de planta triangular se encuentra un templete compuesto por tres nichos con distintos grupos escultóricos y simbolizan los ríos que desembocan en los mares que rodean la Península Ibérica: El Ebro (Mediterráneo), el Guadalquivir y el Tajo (Atlántico) y el Mar Cantábrico que está representado por unas figuras de adolescentes.

Visita diurna y nocturna

El mejor momento para visitar la Plaza de España es de día para descubrir el bullicio de sus visitantes, poder deleitarse con los detalles de la plaza. Pero la visita nocturna es mágica, con las luces alumbrando las torres y los elementos  más importantes de la misma hacen del  instante algo emocionante. Por lo tanto, tanto de día como de noche es fantástico visitar la segunda Plaza de España más grande de la nación.

photo credit: Craig Murphy via photopin cc

Escrito por Lidia Roselló