En la misma plaza en la que se encuentra la Archibasílica de San Juan de Letrán, podemos encontrar la Scala Santa y el Sancta Sanctorum.

La Scala Santa se denomina así por ser la escalera por la que Jesús subió para ser juzgado ante Poncio Pilato en Jerusalen. El hecho de que la Scala Santa se encuentre en Roma se debe a que Santa Helena hizo que la trajeran desde Jerusalén en el año 326. El edificio donde se encuentra actualmente fue construido durante el pontificado de Sixto V en el siglo XVI.

Si decide subir los 28 peldaños de la Scala Santa llegará al Sancta Sanctorum, una iglesia dedicada a San Lorenzo que antiguamente funcionaba como capilla privada del papa.

El templo, que tiene su origen en el siglo VIII, ha sido restaurado y reconstruido en numerosas ocasiones y finalmente en el siglo XVI fue trasladado a su ubicación actual.

Desde la antigüedad el Sancta Sanctorum ha sido objeto de leyendas en las que se insinuaba que objetos como el Arca de la Alianza o las Tablas de la Ley permanecían a salvo en su interior.

No debe perderse los frescos del siglo XIII que decoran la parte superior de la capilla ni la imagen de Jesús el Redentor ubicada en el altar y que según se dice fue pintada por los ángeles.

Una curiosidad, debido a que la Scala Santa fue un lugar por el que Jesús pasó poco antes de su muerte, se ha convertido en objeto de veneración por parte de los peregrinos que acuden a este lugar para subir la Scala Santa de rodillas.

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Escrito por Guia Viajero