La gastronomía italiana tiene diversos productos que están repartidos por todo el mundo. Famosa es la pasta o la pizza, pero no menos internacionales son sus helados. Y desde luego para probarlos no hay mejor lugar que Italia. Y en concreto en Florencia se hallan heladerías famosas por su calidad, y muy visitadas tanto por los turistas como por los lugareños.
La lista de heladerías de las calles florentinas es muy extensa. Pero hay una por la que seguro pasan todos los viajeros que recorren el casco histórico de la ciudad. Se trata de la llamada El Festival del Gelato y se encuentra en via del Corso esquina con via dei Calzauoli
Mil un sabores
Las amplias cristaleras del establecimiento invitan a entrar a los transeúntes aunque no sean excesivamente golosos. Y es que en sus mostradores se acumulan los recipientes con multitud de colores y sabores. Desde los clásicos de chocolate, vainilla o fresa hasta los más novedosos con nueces de macadamia o kiwi. Infinidad de sabores para que cada cliente pida la combinación más apetitosa a su paladar.
El truco es muy sencillo. Primero hay que mirar el mostrador de sabores, elegir que combinación se quiere tomar. Luego decidir si en cucurucho, vaso, galletas o conos enormes. Después pagar en caja. Y finalmente volver al mostrador para que nos sirvan ese fresco manjar.
Florencia es una ciudad especialmente calurosa en verano, por ello durante los meses del estío apetecen los helados en cualquier momento. Pero allí es tradición tomarlos todo el año, por eso esta heladería siempre está abierta al público y su oferta es amplísima.
Ubicación estratégica
Cuando uno regresa a la calle con su helado en la mano ya puede disfrutar plenamente de la cercana plaza de la Signoria. Lo ideal es sentarse en algún lugar de las aceras para contemplar plácidamente el espectáculo urbano y artístico de esta plaza. O si no se puede ir caminando, atravesar la plaza y llegar hasta la fachada del Palacio Vecchio y la Loggia dei Lanzi, para admirar con el frescor del helado las esculturas que allí hay, la réplica del David de Miguel Ángel, la Judith de Donatello, el Perseo de Cellini o el Rapto de las Sabinas de Giambologna.
Y si no, muy próximo a la heladería está la lonja del Mercado Nuevo y allí se puede tocar la cabeza de la escultura del jabalí, ya que según la tradición eso garantiza que se volverá a Florencia. Algo que si se hace, hará que volvamos a tomarnos un helado en tan emblemático establecimiento.
photo credit: cobacco via photopin cc Escrito por Armando Cerra